Henry Oster fue un niño al que muy pronto le arrebataron todo. De los 2011 judíos deportados de Colonia, Alemania, él estuvo entre los 23 que lograron salir con vida de AuschwitzBirkenau.
Sobrevivió no solo por múltiples coincidencias, sino también gracias a su empeño en el cuidado de los caballos en el campo de concentración y a Ivar, un adolescente que se volvió su amigo y dormía junto a él en las barracas.