"Estupefacto de terror, el joven noble se dirigio tambaleándose a la puerta. Al abrirla de golpe, un relámpago de luz roja que penetro bien dentro de la sala proyecto su sombra con nítido contorno contra el ondulante tapiz. Y Federico se estremeció al advertir que aquella sombra, mientras el vacilaba un instante en el umbral, adoptaba la postura exacta y encajaba cabalmente en el contorno del implacable y triunfante matador del Berlifitzing sarraceno."