El mundo ha quedado destruido por una guerra nuclear y sólo Nueva Zelanda se ha salvado. Muchos años después, en el 2018, los neozelandeses mandan una expedición exploratoria a California, donde encuentran una tierra asolada y una sociedad tribal organizada en torno al culto a Belcebú y al Proletariado, una sociedad regida por sacerdotes en la que el sexo y el amor están penados con la muerte para evitar los nacimientos de mutantes, excepto durante una «época de celo» en la que todo se convierte en una orgía.