Escrito en un tipo de prosa que recuerda a los versículos bíblicos, es una mezcla de visiones apocalípticas y de aforismos sibilinos; Blake va mas allá de los enciclopedistas, quienes proclamaban el supremo derecho del individuo a la felicidad y al placer contra el despotismo de la moral y la religión, y declara que el bien es el elemento pasivo que obedece a la razón. El mal es el activo que nace de la energía.