El mensaje es realmente inquietante, más aún en el mundo en que se ha convertido Estados Unidos: incapaz de frenar la escalada de violencia, todos atesoran armas para protegerse. Sólo una comunidad ha logrado sobreponerse a este infierno de inseguridad y crímenes: a cambio de renunciar a algunos derechos y libertades, el territorio del Oeste ofrece una zona protegida que aspira a convertirse en el estado número cincuenta y uno de la Unión. Pero tal vez no sea tan fácil escapar del horror.