Entre los más felices recuerdos que las retinas de nuestra memoria guardan de la gran pantalla, muchos pertenecen al género musical. La alegría que sentimos viendo a Gene Kelly y su sonrisa infinita saltando entre esos charcos bajo una copiosa lluvia, la viva emoción que nos invade al contemplar el baile de Cyd Charisse y Fred Astaire en aquel Hyde Park nocturno con los rascacielos al fondo en The Band Wagon, el eléctrico y sensual garaje de West Side Story o el multitudinario baile de los conductores retenidos en la autovía al inicio de La, La, Land, son a la par, fuentes de placer y belleza.