«Desde la noche más antigua de la prehistoria, los seres humanos se identifican con un espacio sobre la tierra al que llaman casa». Así es como la autora, valiéndose de su excepcional prosa y estilo único, comienza a entretejer la prodigiosa relación entre el hombre y la arquitectura, la vital correspondencia entre los sueños y las necesidades, el apego a la naturaleza y su constante transformación.