"—Anda, niña: dinos quién fue. Ella se demoró apenas el tiempo necesario para decir el nombre".
"Lo buscó en las tinieblas, lo encontró a primera vista entre los tantos y tantos nombres confundibles de este mundo y del otro, y lo dejó clavado en la pared con su dardo certero, como a una mariposa cuya sentencia estaba escrita desde siempre. —Santiago Nasar —dijo."