Baltasar Bustos, un estudiante de derecho y empleado de la Audiencia de Buenos Aires, se introduce en la recámara del presidente de esa Audiencia y reemplaza a su hijo recién nacido por un niño negro, hijo de una prostituta enferma y azotada públicamente.
Horas más tarde, el edificio se incendia y deja irreconocible el cadáver del niño negro. El hijo legítimo es entregado a esclavas.