En el año 60 a.C., Lucio Cornelio Balbo, el hombre más poderoso de Gades, llega a Roma buscando un tratado más favorable para su ciudad natal y decidido a labrarse un destino en la capital del mundo.
Habilidoso, instruido, íntimo de César y buen amigo de Pompeyo, Balbo se las ingeniará para abrirse camino en la sociedad romana.