Derrotada en sus afanes de crear una red financiera para criminales globales y enlutada por el asesinato de su padrino, El Paisano, Lizzy Zubiaga vuelve a la escena del crimen mundial, ahora convertida en vendedora de piezas de arte.
El descubrimiento de unos cuadros de caballete de Siqueiros perdidos durante casi ochenta años es el inicio de un fructífero negocio para la antigua líder del cártel de Constanza.