En 1941, tres figuras icónicas de la literatura estadounidense coincidieron en una apartada casa victoriana que funcionaba como residencia artística: Carson McCullers, Katherine Anne Porter y Eudora Welty. Un día, mientras nadaban en el lago de esta propiedad, se vieron envueltas en la misteriosa desaparición de una joven autora llamada Beth. Desde entonces, ninguna pudo dejar de pensar en su ausencia y, de muchas formas, ese enigma marcó sus vidas para siempre.