Turín, 1957. Adelina tiene catorce años y vive con su tía Amalia. Entre los pupitres del colegio, la muchacha es el hazmerreír de la clase: a su edad no parece capaz de recordar las lecciones.
Su severo profesor no le da tregua y decide que la ayude en el estudio Luisella, su brillante compañera.