Al leer los poemas de Manuel Machado (1874-1947), el lector tiene la impresión de que surgen de una experiencia fundamental, subyacente en todos ellos, que los dota de un sentido y una proyección muy particular. el hombre, herido de muerte poética, se ve abocado a una profunda e incurable melancolía que le provoca un constante anhelo de morir. este sentimiento de nostalgia por el pálido reflejo del bien perdido obliga al poeta a un constante juego con su propia herida: el ejercicio de hacer versos.