En 1905 Albert Einstein publicó una impactante explicación sobre el movimiento browniano -el movimiento arbitrario de partículas- comparándolo con la clase de movimiento que se observaría en el caminar de un borracho. La comparación se convirtió desde entonces en una poderosa herramienta para entender el movimiento puramente arbitrario que, por definición, no tiene ningún modelo específico.