La humanidad, con todos sus impresionantes descubrimientos, no tiene la más remota posibilidad de afectar al universo.
Aun si nuestro planeta desapareciera por efecto de alguna catástrofe, no siquiera en el sistema solar se alterarían mucho las cosas: el Sol seguiría brillando y los otros planetas seguirían girando a su alrededor, como si nada. La Tierra es muy importante para nosotros, pero para nadie más.