Escrito en seis años después de Alicia en el país de las maravillas y contante con la misma protagonista, a través del espejo y lo que Alicia encontró al otro lado -relato planteado como una partida de ajedrez en la que Alicia, de peón, se convierte en reina-, lleva hasta sus últimas posibilidades los juegos de palabras, las parodias cultas y los recursos literarios que Lewis Carroll utilizara ya en el primer libro.