Don Lorenzo Servitje fue un idealista con escaso capital, pero con una increíble dosis de talento, con la cual consiguió lo que nadie imaginó: fundar la panificadora más grande del mundo, con operaciones en 34 países y más de 20 mil millones de dólares de facturación anual. Con Grupo Bimbo acarició utopías y alcanzó cumbres bajo la consigna del trabajo arduo, la disciplina férrea y la inconformidad constante.