En la medicina hay una parte importante de arte y de ciencia, porque en el fondo ambos aspectos en esta profesión (yo diría que debería estar presente en todas las profesiones y vocaciones) van de la mano. El arte requiere amor porque es la condición para que se cree algo y el amor en medicina es la vocación. Los médicos que también son humanistas ejercen de forma efectiva su profesión porque contemplan no sólo el cuerpo sino también el alma del paciente.