Después de una larga cacería por la selva, una leona regresaba a su casa cuando encontró a un cachorro de zorro solo por el camino.
Sintiendo lástima al ver al pobre animal abandonado, decidió llevárselo a su casa. Allá, el zorrito recibió todo el cariño y cuidados del mundo por parte de la familia de la leona, y creció junto a los leoncitos.