Este singular relato está cargado de magia y diversión. Un zapatero sin un solo pelo, calvo, sí, calvo muy calvo y aficionado a comer huevos, es el protagonista de la historia. Todos los días tiene que arreglar diferentes tipos de calzado en diversas situaciones, hasta que un día, como pago por su trabajo, recibe un particular don que tendrá que aprender a utilizar de la mejor manera.