El último emperador azteca, Moctezuma II, dicta sus recuerdos a Orteguilla, el paje de Hernán Cortés –que más tarde morirá en la retirada conocida por el nombre de «Noche triste»–, evocando su vida antes de la llegada de los españoles y describiendo los hechos que le condujeron a su decisión de convertirse al cristianismo.