Excelente libro. Altamente recomendable. Yo lo leí tras la pérdida de mi padre. Y me hizo, lejos de tirarme a la desgracia de la muerte, entender que la tristeza y el dolor de una muerte o ausencia irrevocable, son estados necesarios e inevitables de nuestra existencia humana. Se me hace muy honesta su narración, con mucha lucidez y crudeza al mismo tiempo, pero también con una dirección: dejar en nuestras manos la decisión o no de darle sentido a una pérdida de alguien amado.