La ropa es el tejido conectivo entre lo físico y lo emocional. Y la moda es la voz que usamos para manifestarnos ante el mundo.
Todos los días debemos enfrentarnos a nuestro guardarropa. A veces con la angustia de no saber, una vez más, qué ponernos; en otras ocasiones, con la intención de vestirnos con lo que sea, sin pensar dos veces en cómo nos vemos o sentimos.