El asedio de la fortaleza de Jomsborg se eterniza. El ejército de Thorkell, acampado fuera de la fortaleza, y el de Floki, protegidos por las murallas inexpugnables de la ciudad, continúan su guerra de sucesión, sin preocuparse de que ambos no desean convertirse en el Comandante Supremo de los Jomsvikings. Por orden de Flóki, Gudrid es rehén dentro de la fortaleza. Flóki espera usarla para atraer a Thorfinn a una emboscada y matarlo.