La figura literaria del vampiro apareció por primera vez en obras poéticas del siglo XV, antes de convertirse en una de las figuras del stock de ficción gótica que es en la actualidad; teniendo sus raíces en la "locura de los vampiros" de las décadas de 1720 y 1780, la cual culminó con las exhumaciones oficiales de los presuntos vampiros: Petar Blagojevich y Arnold Paole, en Serbia durante la monarquía de los Habsburgo; sin embargo, la primera aparición consolidada de esta criatura clásica del género del terror gótico fue con la publicación del médico y escritor británico John William Polidori: El vampiro, en el año 1819, una obra inspirada por la vida y la leyenda del afamado Lord Byron; ya que, a partir de este momento, el vampiro siguió siendo inspiración y centro de una gran producción literaria en la que destaca, sin lugar a duda, la obra maestra del género: Drácula, de Bram Stoker, publicada en el año 1897.