Forzada a revelar su poder para salvar a un amigo, Henrietta se queda de piedra cuando, en lugar de ejecutarla, la invitan a entrenar con los hechiceros reales de Su Majestad.
En el Londres victoriano, Henrietta es declarada la elegida, la chica de la que hablan las profecías, la que acabará con los Siete Antiguos: unos agresivos demonios que, junto a sus huestes, aterrorizan a la humanidad.