Para explicar el panorama de incertidumbre de fenómenos tan graves como la desigualdad, el desequilibrio económico o las crisis ideológicas que se presentan a lo largo del siglo XX, Hans Küng nos ofrece una obra en la que propone la creación de un nuevo orden mundial en el que sólo la ética podrá asegurar un siglo XXI mínimamente armónico y justo.