Carl Schmitt propuso el concepto de lo político para referirse a la instancia soberana, definida como aquella "que decide en el estado de excepción". Lo político remitiría entonces a un plano previo a lo legal, que escapa a toda normatividad y, en definitiva, la funda. Esta idea, inicialmente vilipendiada por sus derivas irracionalistas, se convirtió en una de las claves para la comprensión de la democracia moderna y fue retomada por pensadores como Lefort, Agamben, Rancière, Koselleck, Esposito y Laclau, entre otros.