Un vademécum es un pequeño libro que contiene las nociones fundamentales de alguna ciencia o técnica. En este caso, se trata de las nociones más importantes que ha de tener en cuenta quien ejerza la función judicial. Lo característico de este vademécum, empero, es que esos conocimientos básicos se han extraído del cinematógrafo. En este sentido, la tesis del libro es normativa: los jueces deberían ver cine. Por supuesto, sobre todo han de estudiar el Derecho que aplicarán, pero no se ve razón alguna para que desechen el instrumento fílmico. Como en el caso de otros saberes, que la formación judicial renuncie al cine es un derroche injustificado porque, además de presentar interesantes casos prácticos, los jueces o quienes van a serlo pueden ver (nunca mejor dicho} y vivenciar que su labor es argumentativa, que el error (judicial) siempre es posible o que, como si fueran sacerdotes de la ley, ellos dirigen la ceremonia en que consiste la aplicación del Derecho.