A simple vista, Alizeh no es más que una mera sirvienta sin importancia y nadie debe descubrir su verdadera identidad, puesto que es la heredera perdida del antiguo reino de los Jinn. Muchos buscan darle caza y, por eso, debe permanecer oculta si lo que quiere es evitar exponerse ante el peligro. Hasta que, un día, Alizeh comete un error. Kamran, el príncipe heredero de Ardunia, conoce las profecías: sabe que hay un temible monstruo que ha jurado acabar con la vida de su rey.