Laura llega a una nueva ciudad, a una nueva casa y a una nueva escuela después de la muerte de su madre. Aunque tiene la compañía de su tía, Laura se siente sola y triste; pero su vida empieza a cambiar cuando encuentra la compañía de un cocodrilo, que sólo ella puede ver, y de Ibuki, un chico tímido que necesitaba un poco de ayuda para salir de su caparazón.