A finales de los ochenta, Peter Mayle y su mujer se mudaron a la Provenza francesa con la intención de establecerse en la zona durante un tiempo y escribir una novela. Atrapados por la belleza del paisaje y la vida cotidiana de esta tierra seductora, los Mayle hicieron de la Provenza su nuevo hogar. Lo que tenía que ser un viaje inocente se convirtió en un choque enternecedor y sorprendente entre dos culturas, la del matrimonio estadounidense que llegaba y la de los franceses que lo acogían.