Ultima conversación, historia del ocaso y decadencia de una familia, transcurre en la casa junto al mar que fue testigo de las vidas de todos sus miembros. Aferrándose a esta casa ya casi vacía, que conserva aún a la vez entrañables y grotescas resonancias, la protagonista, último vestigio del clan definitivamente disuelto, se resiste a vender el último cuadro que le queda. Es precisamente con el anticuario que quiere adquirir este cuadro con quien ella sostiene esta última conversación, entre melancólica y sarcástica, que se convierte pronto en parábola, y también en irónica reconstrucción de toda una época de la vida española.