Corre el año de 1986. Al norte de Sri Lanka, en medio de la zona conmocionada por los enfrentamientos entre los separatistas tamiles y el ejército gubernamental, el arqueólogo Bruce Mcvickar y su equipo hacen un descubrimiento fabuloso: una ciudad sagrada, una insólita reliquia de buda y una losa de piedra grabada, que obligan a Mcvickar a recurrir a los servicios de Simon Bowmore.