Cuando, en 1865, Gregor Mendel propuso sus leyes sobre la transmisión de caracteres hereditarios, nadie comprendió la importancia de este descubrimiento; hoy en día no hay área de la biología moderna que no requiere de los estudios genéticos. Una de las líneas de investigación que ha interesado en los últimos años a científicos y ambientalistas es el grado en que los agentes tóxicos esparcidos en el ambiente provocan una mutación genética que puede resultar en enfermedades como el cáncer.