Mi enfermedad es muy rara. Básicamente soy alérgica al mundo. No salgo de mi casa; en realidad, no he salido en diecisiete años. Las únicas personas con las que convivo son mi madre y mi enfermera.
Tengo un nuevo vecino: es alto, delgado y viste completamente de negro. Me ha descubierto observándolo y siempre me devuelve la mirada. Su nombre es Olly.