Estado de Washington, principios de los años setenta. Una parte importante de la población estadounidense reclamaba el cese de la guerra de Vietnam; los negros y las mujeres, segregadas durante décadas, iban ganando a paso firme su espacio; las ideas y el estilo de vida generados por el movimiento jipi, poco a poco se iban incorporando a la sociedad y, salvo por la gran crisis económica generada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo en 1973, los estadounidenses se concentraban en el progreso individual, así como en afianzar la libertad sexual y de pensamiento.