Eiden cree haber visto algo brillante y misterioso al fondo de la laguna...
Diana no es una sirena cualquiera. Es hija de la Luna y siempre ha vivido en soledad. Ahora acaba de superar el examen al que se someten las sirenas que deciden dejar atrás la laguna y vivir en la superficie. ¿La regla número 1? Que ningún humano descubra su identidad. No cumplir esa regla significa poner en peligro la vida de todos los tritones y sirenas del planeta.