Creí que mi segundo año en la Academia Jedi sería pan comido y así fue... al principio. Construí un robot increíble, hice un viaje a un planeta de hielo y evité una comida alienígena.
¡Pero luego las cosas se salieron de control!
El entrenamiento para piloto fue mucho más difícil de lo que imaginaba, mis mejores amigos empezaron a ignorarme y los bravucones del colegio intentaron llevarme al lado oscuro (que, siendo honesto, se veía bastante divertido). Justo cuando creía entender esto de la secundaria...