El 13 de octubre de 1972 un avión de la Fuerza Aérea Uruguaya se estrelló en la cordillera de los Andes. Iban a bordo cuarenta y cinco personas, dieciséis de las cuales fallecieron en el acto o pocas horas después.
Con alrededor de veinte años, a cuatro mil metros de altura y treinta grados bajo cero, sin abrigo ni comida, la relación entre víctimas y sobrevivientes se invirtió y solo regresaron con vida dieciséis.