SÍ Jamie Goldberg no tiene ningún problema en ser voluntario para el candidato a senador de su Estado, siempre y cuando le permitan estar alejado del centro de atención.
Cuando se trata de hablar con extraños (o, admitámoslo, cuando se trata de hablar con cualquiera), Jamie es el peor. No hay manera de que llame a las puertas de las casas para pedir el voto de la gente... hasta que conoce a Maya.