Comprender la profundidad del pensamiento tolteca (no mexicah ni náhuatl) permitirá acercarnos a la esencia de una cultura que, incluso ahora, nos parece ajena, dado que el pensamiento tolteca no se maneja mediante dualismos (bueno-malo, por ejemplo), sino que dentro de la persona existen esos principios y uno es quien elige cuál seguir sin renunciar del todo al otro.