Kant se pronuncia porque la conciencia humana es activa; algo más: creadora, constructiva. En todo ser conocido figura como pieza esencial una impronta humana, una forma puesta por la conciencia.
El criticismo de Kant se presenta históricamente como una orientación epistemológica que supera los dos puntos de vista unilaterales que se habían desarrollado a lo largo del Renacimiento y la Ilustración: el racionalismo y el empirismo. Sin, experiencia, subraya este filósofo, no existe conocimiento concreto; mas la experiencia no es dable sin una unidad trascendental; no es posible fuera de ciertas relaciones, o enlaces, que se establecen entre los fenómenos, merced a la actividad del pensamiento humano.