El niño de la bola, novela espiritualista y religiosa del año 1880, es considerada una de las mejores de Alarcón; en ella se muestra la amplitud de temas y de modos de su autor.
Este libro nos presenta un cuadro lleno de luz, típico de las maravillosas tierras andaluzas, con personajes apasionados, violentos e impulsivos. El niño de la bola es una tragedia popular en la que un cura se enfrenta a un desdichado ser, sin familia que le pudiera orientar, y que llega a ser apóstol del ateísmo, de la rebelión y del crimen.