En un hermoso libro en que los cantos de oro viejo armonizan con la vieja encuadernación de rojos desvanecidos, y que ostenta en el centro su título: cuentos de Grimm, y en la parte inferior, con tipos de letra muy adornados, las iniciales enlazadas de saturnino calleja, Madrid, mi infancia comenzó a saborear el placer de la lectura y sus páginas ingenuas y sencillas dieron alas a mi fantasía e inspiraron en varias ocasiones sentimientos de rectitud en mi alma de niña.