En su juventud Dostievski se acercó a los círculos revolucionarios de Rusia, con una actitud sentimental, buscando la conciliación de dos ideologías (su cristianismo primitivo, comunista, y el materialismo, también primitivo en aquella época, de los grupos progresistas) que tendían, desde su percepción, hacia un fin común: la abolición de la injusticia en la tierra.