Rand aguarda en Rhuidean, la ciudad hasta entonces prohibida, a que se unan todos los clanes de los Aiel, pero la actitud del jefe de los Shaido puede obligar a Rand a cambiar de planes.
En la corte de Caemlyn, Morgase tiene que enfrentarse a la realidad de una traición inesperada, mientras la Torre Blanca se convierte en un nido de intrigas y maquinaciones.