Es en el nivel preescolar, mediante el aprendizaje activo, donde se da el proceso de socialización de los niños -con la intervención de educadores y padres de familia-, y se sientan las bases para la formación a futuro de adultos expresivos, seguros de sí mismos, curiosos, creativos e inconformes.
Por otra parte, la falta de socialización genera individuos tímidos, faltos de iniciativa, inseguros, temerosos y poco creativos.