En el retorno 201 de la Ciudad de México, el autor pasó su infancia, adolescencia y parte de su juventud. Ahí su narrativa se topó con historias que hienden como cuchillos, en donde afloran la violencia y el amor, la ternura y la brutalidad, la paz y la furia.
Con agudo instinto callejero, Arriaga presenta personajes llenos de intensidad y de contradicciones, al límite del caos y enfrentados a complejos dilemas morales.